Sacrificio

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Quería movimiento, no una existencia sosegada. Quería emoción y peligro, así como la oportunidad de sacrificarme por amor. Me sentía henchido de tanta energía que no podía canalizarla a través de la vida tranquila que llevábamos.
L. Tolstoi, Felicidad familiar

Lo que mi profesora de pedagogía me enseñó de Tolstoi, entre otras muchas cosas fue que su pasión no era escribir, él quería ser maestro y que a pesar del éxito, una esposa entregada y trece hijos, murió solo en una estación de tren; dicen, que persiguiendo un ideal.

Lo que aprendí de Luna es que la locura nunca sale bien.

-La diferencia entre nosotras es que hago lo correcto porque temo a Dios, sino sería incapaz de controlarme; tú haces lo correcto porque sí -me dijo una vez.

Nunca le gustó estar aquí y suplicaba cada día clemencia a los dioses, pero jamás volvieron a rescatarla.

Soñar era lo suyo, sumergirse hasta ahogarse y perder la cabeza por un pálpito. Sus heridas se forjaron a base de emociones desatadas y la risa se le rompió cuando comprendió que cada una de sus batallas contra la razón estaba perdida de antemano.

Con la pasión por bandera buscó a alguien que encontrara sus escondites, una caricia tras otra anhelaba el susurro perfecto, la mirada adecuada, la verdad; pero nadie necesitaba tanto y sólo halló saliva y juegos.Un día se dio cuenta de que era un error de la naturaleza. ¿Qué podía hacer más que lanzarse desde lo alto del faro?

No lo dudó, conformarse con vivir también era morir.