Palabras, colores y tarritos de cristal

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La una era muda, la otra ciega.

Con los pies en un charquito de mar, la una le dibujaba el universo en la palma de la mano. La otra le regalaba caracolas que escondían las palabras más bonitas.

Asomadas en el borde de una nube, la una le coloreaba flores en la cara con rayitos de sol. La otra escondía en tarritos de cristal todas las risas y secretos.

Acurrucadas en la misma cama inventaban cuentos para la luna. La una era sirena que desenreda olas con suscanciones. La otra, mariposa que pinta las gotas de lluvia.

La lluvia cesó, las nubes se fueron y la realidad las hizo mayores.

La una perdió las palabras bonitas. La otra olvidó el único cuento que importaba.