La caricia de una espina
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Él cerró las puertas al miedo, le quebró la voz, agotó su voluntad, rasgó el orgullo, despedazó sus plegarias, volcó todas las ganas, extirpó los malos presagios, derribó todas las palabras, silenció la razón, lanzó el hechizo, abatió sus amuletos, borró el cielo, olvidó las consecuencias, derramó hasta el último sueño e incendió la luna.
Ella le arrancó el corazón y puso el suyo en su lugar.
Él… no pudo soportar tanta soledad.