Expectativa laboral

- 1 min read

Quién pudiera ser bandida.
Tan imperfecta como un chaparrón en una tarde de verano, con viento en las venas y cuentos de hadas en la cabeza.

Vivir peligrosamente, sin otro anhelo que perseguir el ocaso, en caída libre, con el corazón a salvo tras un muro de soledad.

Rescatando a la luna cuando pierde la cabeza y se lanza al abismo, harta de tanto deseo y tan poca iniciativa.

Trazando estrategias de defensa contra fuegos artificiales y estrellas fugaces. Planeando una noche salvaje en la que poner al día cicatrices y despedidas.

Pero sólo sería un trabajo temporal, tarde o temprano la bandida asaltará tu piel en busca de un contrato indefinido.