Esta vez no habrá paraguas que te salve
No sé si fue por aquel moratón mientras jugábamos a salpicarnos o si fue porque la hoja de tu espada atravesó todas mis corazas con una sola caricia o si fue descubrir que tus ojos nómadas siempre acaban en mí.
Sólo sé que cuando te veo llegar tengo ganas de cantar bajo la lluvia y de enredar entre tus charcos. Miro el cielo y me río de las nubes que están por llegar.
No sé si fue porque atabas con arco-iris todos mis diluvios o porque entre las líneas de tus manos está mi paraíso o porque no hay mejor puerto que el de tu piel.
Sólo sé que cuando estás cerca tengo ganas de bailar bajo la lluvia y empapar tus abrazos con mis besos.
Miro la luna y le pido que me deje para siempre crucificada entre tus cejas.
“Anda ven… Cierra tu paraguas y chapotea conmigo”.