Desencuentro
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Ella salió una madrugada de cualquier día sin luna, sin dejar huella alguna y decidió coger un tren hacia donde fuera.
Él recogió su mochila, salió sin mirar atrás y caminó hasta la estación, dejando tras cada paso las ganas de volver.
Se miraron a través de las vías de ninguna parte.
Él miró su vestido y pensó “mustia y triste”. Estaba harto de mujeres desvalidas que buscaban en cada hombre un salvador.
Ella miró sus botas de cuero y pensó “chulo y engreído”. Ya no quería hombres que la cuidaran y le dijeran lo que era o no bueno para ella.
Nunca supieron que eran el uno para el otro.