Desatada
¡Se acabó! ¡Ponte de pie! Vamos a bailar una tarantela.
Sí, ya sé que cuesta, que parece que el sol se ha ido para siempre…pero déjalo ya. Te echo de menos y esta vez no te permito que sufras por anticipado, el lunes todavía está muy lejos.
Es verdad hace mucho frío, pero sólo por fuera.
¿Sabías que el frío retrasa la aparición de arrugas? Sí, claro que lo sabes, eres la persona más lista que conozco. Además dicen que “año de nieves, año de bienes”; y tenemos a demasiados amigos pasando apuros; por eso, deja que haga frío cuando toca, no sufras porque las estaciones siguen su curso y celebremos cada copo.
Esta tarantela me la enseñó mi abuela y sirve para extirpar la posesión del mal de amores y aunque este no sea el problema, podemos aplicar la misma técnica para la gripe. También nos falta una pandereta desatada pero sígueme y no perderás el ritmo.
Ya sé que suena reloco pero piensa que antes no se sabía de inteligencia emocional ni de aspirinas, sólo sabían bailarle a la luna para librarse de la tristeza y del veneno de la “araña”. Llámese bicho, llámese bacteria.
Venga, ¡arriba! No puedo tirar de ti, eres muy grande. Por favor….
¡Bien! Ahora levanta los brazos y salta cruzando los pies por delante y por detrás.
Estás listo, vamos a desplazarnos. ¡Dale!, primero hacia la derecha y ahora a la izquierda. Se parece un poco a la muñeira. Eso es, ¡déjate llevar!
Prepárate, vamos a girar sobre nosotros mismos. ¡Otra vez! ¡Y otra! ¡Bieennnn!
Volvemos a cruzar pero ahora un poco más rápido.
¡Viste! ¡Ya no tienes frío!
Luna lunedda,
en mí hay un peregrino
que me hace bailar tippiti, tappiti
Luna lunedda,
llévame contigo
que a tu lado
cada día parece fiesta.
Que lindo imaginarte sonriendo.
