Dame la mano...que te voy a leer la suerte

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Cuando la zíngara descubrió entre la bruma de su bola de cristal que su rumbo llevaba a la soledad y que no había nada que esperar más que el lánguido paso de las estaciones, decidió deshacer el lacito que la sostenía atada a la tierra.

Colgó un arco-iris de su falda, recogió su melena bajo un pañuelo de plata, cambió sus zapatos por nueve cascabeles y apagó la luz.

En primavera salió de la ciudad y encontró las estrellas, en verano el sol curtió su piel, en otoño la lluvia diluyó el último eslabón y en invierno perdió su nombre bajo la nieve.
Aprendió a cambiar el futuro por dinero, la música de su pandereta por pan y el silencio de las paredes de su habitación por libertad.

Algunos le decían: “no se puede ser así” y los corazones rotos le preguntaban: ¿qué va a ser de mí?
No le sorprendía que los que no sabían vivir sin que su felicidad dependa de alguien, la juzgaran por no llevarzapatos.

Pero por encima de todo le dolían.
Le dolía el desamor, las excusas, la vergüenza, la culpa, la rendición que veía entre las líneas del pasado.
Cuando se dio cuenta que un futuro feliz da esperanza y la verdad sólo impotencia, comenzó a mentir.

De mano en mano, se convirtió en una manipuladora de sueños.

¿Cómo se cambia un sueño?, se preguntarán.

Primero hay que saber que:

Primer cascabel. El verdadero sueño es aquel al que ni te atreves a tocar.
Segundo cascabel. Los demás sueños o mini-sueños deben ser realistas y prácticos o te pasarás la vida esperando lo que no acaba de llegar.
Tercer cascabel. Los sueños son como las sirenas, si los escuchas, estarás perdido para siempre.
Cuarto cascabel. Los sueños van y vienen, depende de la edad y de las oportunidades.
Quinto cascabel. Las personas nunca, nunca saben lo que quieren, por eso tenemos pesadillas, su esencia son las cenizas de los sueños desechados.
Sexto cascabel. Hay sueños que dejan huella.

Normas para cambiar un sueño:

Séptimo cascabel. Nunca escuche las razones por las que no puede ser posible y de razones para que lo sea.
Octavo cascabel. Las personas buscan consuelo en el destino, ¿por qué no dárselo? Así que hay que decirles que el trabajo, la salud, el amor llegará por sorpresa, pero que tienen que prepararse. No sé por qué, pero cuando lo dices así, se apuntan al gimnasio o dejan de comer pastelitos o sencillamente, esa mañana, se visten con una sonrisa. Y eso es bueno, ¿no les parece?
Noveno cascabel. Para que un sueño se cumpla hay que estar despierto y recibirlo hasta con fuegos artificiales.

Dame la mano ... que te voy a leer la suerte